BARRAQUER-VALVERDE_1

Seducido por el relato de la experiencia vivida hace ahora ocho años por su buen amigo Mario Vargas Llosa, el prestigioso oftalmólogo Joaquín Barraquer no quiso marcharse de Guadalajara sin antes poder recrearse en la riqueza que envuelve uno de los patrimonios naturales más importantes que atesora esta provincia.


Superadas las emociones del día precedente, en el que se le concedió el título de Presidente de Honor de la Fundación Siglo Futuro en el transcurso de la clausura de su curso cultural, Barraquer emprendió el pasado sábado un viaje rumbo a la singular belleza de los pueblos de la Arquitectura Negra. Acompañado por buena parte de la junta directiva de la Fundación Siglo Futuro, así como amigos de la entidad, parte de su equipo y su inseparable mujer, Mariana, pudo conocer de primera mano la diversidad paisajística que se sucede a los pies del majestuoso pico Ocejón, atalaya natural y de excepción de bosques, dehesas, desfiladeros, cañones, arroyos y cascadas; atractivos naturales que conviven desde tiempo inmemorial y en perfecta armonía con las construcciones que salpican esta comarca serrana, erigidas a base de pizarra, el material que ha dotado a estos pueblos de una identidad propia.

Como guía de excepción de la visita ejerció Antonio Herrera Casado, cronista provincial de la provincia, quien fue adentrando al grupo con manifiesta sabiduría en los rasgos paisajísticos, cotidianos y tradicionales de los pueblos encuadrados en la comarca de la Sierra Norte, y de la que actúa como habitual puerta de entrada y, por ende, salida Tamajón.

En Campillo de Ranas se efectúo la primera parada del itinerario previsto, visitando la plaza del municipio, la iglesia parroquial de Santa María Magdalena y un curioso reloj solar, convertido hoy en todo un símbolo de Campillo. En este emplazamiento el grupo fue testigo casual de una de las tradiciones más recientes del municipio: la celebración de una boda homosexual, una práctica que ha convertido a Campillo de Ranas en un lugar de peregrinación para aquellas personas del mismo sexo que quieren unirse en matrimonio.

Unos kilómetros más allá, en Majaelrayo, el profesor Barraquer y sus acompañantes pasearon por las calles y plazas más típicas del municipio, al tiempo que pudieron conocer las reglas del juego de uno de los deportes típicos de la provincia: los bolos castellanos.

Deshaciendo el camino, la ruta prosiguió hasta Valverde de los Arroyos, lugar en el que los asistentes repusieron fuerzas a base de productos de la tierra en el Mesón Los Cantos, uno de esos pocos lugares que conservan aún el sabor a pueblo. Ya con la panza llena, la comitiva ascendió a las eras altas para admirar las maravillosas vistas del pico Ocejón y una inigualable panorámica del pueblo.

Ya de vuelta, la expedición pudo reconocer desde la distancia el pueblo de Umbralejo, y unos kilómetros más allá redescubrir tras la finalización parcial de las obras de rehabilitación del palacio Ducal de Cogolludo su genial fachada almohadillada, que recuerda a la de los palacios italianos. Junto a este emblema arquitectónico, se identificó en la plaza Mayor el Ayuntamiento, decenas de casas del siglo XVIII sucedidas en hileras de soportales y en el centro de la misma una gran fuente, que curiosamente se encontraba frente a frente con una de las tradiciones más arraigadas en el calendario festivo de la provincia, el mayo.

Con el retorno al punto de partida, una Guadalajara sumida en un cuento, concluía la pequeña pero apasionada escapada del profesor Barraquer y amigos a la provincia, una experiencia que resultó inolvidable para todos por el especial ambiente de camadería que se vivió durante la jornada.

BARRAQUER-VALVERDE_2 BARRAQUER-valverde_3
BARRAQUER-VALVERDE_4 BARRAQUER-VALVERDE_5


MAR_GATO_1
Esta crónica ha sido realizada por la periodista Mar Gato que nos ha acompañado a la visita a la Arquitectura Negra.