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La periodista, escritora y traductora, Pilar del Río, esposa de José Saramago y el teólogo Juan José Tamayo, recordaron en un acto emotivo, profundo y fielmente documentado, al Premio Nobel, José Saramago. Dijo Tamayo «Junto a la crítica de la religión, de Dios y del “factor Dios”, cabe destacar el sentido solidario de la vida que caracterizó a Saramago. Desde la filantropía y sin apoyatura religiosa alguna, fue el defensor de las causas perdidas, algunas de las cuales se ganaron gracias a su apoyo». Recordó también unas palabras de Saramago que le emocionaron: “Hace muchos años, nada menos que en 1993, escribí en los Cuadernos de Lanzarote unas cuantas palabras que hicieron las delicias de algunos teólogos de esta parte de la Península, especialmente Juan José Tamayo, que desde entonces, generosamente me dio su amistad. Fueron estas: Dios es el silencio del universo, y el ser humano el grito que da sentido a ese silencio». Le dije que esa definición está más cerca de un místico que de un ateo y mi observación le impresionó. Nunca me había dicho nadie nada parecido. Era un hombre de convicciones profundas. Se comparta o no la lectura de la Biblia Judía que hace Saramago, creo que hay que estar de acuerdo con él en que «la historia de los hombres es la historia de sus desencuentros con Dios, ni él nos entiende a nosotros ni nosotros le entendemos a él». Excelente lección de contra-teología en tiempos de fundamentalismos religiosos.
Pilar del Río se centró más en la obra y en la vida de Saramago y dijo que, mucho antes de conocer al hombre, conoció al escritor y le admiró porque le respetaba como lectora. Pilar es una mujer comprometida con sus profundos ideales y dijo que desde la Fundación José Saramago, defendará siempre su obra para que «Saramago no esté entre nosotros, sino que esté en nosotros» . A través de ella, conocimos un poco más al ser humano. El coloquio final fue muy interesante.