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  D.N.I.

 Busco razón de mí en la cartera

y he logrado mirarme como me ven los otros

sobre esta cartulina

fulgente, indesteñible y taxativa.

 Estoy constituído por mis dos apellidos,

un nombre impropio y un lugar común

de nacimiento. Una fecha lejana

que aumenta de ceniza cada día,

un sexo V con antecedentes

penales y a medio uso.

En su renglón: un padre y una madre

de hijo desconocido, una hipoteca

como domicilio y varias cifras

que me escoltan, que hablan por mi, que dictan

en líneas ordenadas que soy lo que no soy.

 Me encuentro reducido

a varios casilleros, adornado

con una huella negra del delito,

pero muy bien dotado de un número larguísimo

que nunca he merecido. ¡Pero, ay,

si se rebela o huye alguna cifra

ya puedo darme por inexistente!

¿Qué hacer con este número

que yo he llegado a ser sin convicción alguna?

¿Dónde guardar lo mío que no tiene apellido

pero es lo más certero de mí mismo

aquello tan caliente y desastroso

como un gorrión ilícito

que vive a contrapunto de la calle?

 Soy tenuemente un hombre

sometido a la vida aproximada

de ir empezando a ser el que deja de ser, cada momento.

Soy un hombre confuso

y alguna vez me animo pensando en el mañana, pero siempre

me veo tiempo atrás.

Formo una sociedad dubitativa

hecha a solas conmigo

con un prometedor futuro en el pasado.

Os hago algunas señas con el cuerpo

pero sólo me atienden

desde la talla beige de mis camisas, desde la horma

de mis zapatos del cuarenta y uno,

y desde el seis millones trescientos once mil

ciento cuarenta y siete letra ge.

 Vuelvo a ver mi carnet y tampoco me encuentro

en la fotografía

que siempre es de otro tiempo y compostura,

donde estoy detenido

con varios kilos menos en el cuerpo

y unos gramos superfluos en el alma.

 Este es el D.N.I. donde me inscribo

como buen ciudadano, con derecho

a una vida marcada de antemano

y a una baja civil en fecha fija.

Y me siento seguro en mi papel,

porque no moriré

por libre y de improviso, simplemente

al expirar (el plazo)

caducaré en la fecha que se indica.


Francisco García Marquina
1-11-2010

Del libro El equipaje del náufrago, premio “Blas de Otero” 2003