P. – ¿Cómo surge la Fundación Siglo Futuro y por qué su nombre?
R.- En mayo de 1992 fundamos el Club Siglo Futuro, entonces era una asociación, y la fundamos porque entonces no existía en Guadalajara nada más que la cultura oficialista pero no había un colectivo público que dejara clara la libertad de expresión, el libre pensamiento o que se dedicara a debatir. Tuvimos mucho éxito porque en Guadalajara no se había visto, traer a gente de renombre, a ministros… no existía siquiera un contraste de opiniones. En el 2008 vimos que la asociación se nos había hecho pequeña y dimos el salto al ámbito de fundación. Ese año, además, ocurrió algo muy especial para nosotros, ya que habíamos ido dando tumbos de un sitio a otro, pasamos por el Casino, el Hotel Alcarria, el Edificio Negro… éramos nómadas. Nos cedieron este espacio en el edificio multidepartamental de la Universidad de Alcalá, que ha sido vital, sin él no podríamos haber desarrollado nuestra labor cultural.
En cuanto al nombre, decir que el Club Siglo Futuro lo fundamos Antonio Herrera Casado, Fernando Álvarez de los Heros y yo. Entre los tres aportamos nombres para ver qué nos gustaba y se quedó Siglo Futuro porque siempre está vigente y es un nombre que a nadie hace daño, pero podía haberse llamado de cualquier otra manera.

P.- ¿Quién compone la Fundación Siglo Futuro y cuáles son las principales actividades?
R.- La Fundación se rige por un Patronato que tiene el poder y la potestad para aprobar las cuentas, los presupuestos…etc. Dentro del Patronato hay una Comisión Ejecutiva que es la que lleva realmente todo el proceso cultural y económico. Luego tendríamos los socios, que como en las fundaciones no existen, los llamamos colaboradores especiales. Actualmente tenemos 232 que pagan la suma, casi simbólica, de 50 € al año y tienen ciertas garantías, como en el tema de las entradas o excursiones culturales que tienen mucho éxito y son exclusivamente para socios… pero lo principal es que ayudan a la Fundación. Nuestro objetivo es llegar a los 300 colaboradores especiales, no sé si lo conseguiremos en 2017 pero es lo que nos gustaría para seguir tirando.
Sobre las actividades, lo que tenemos de bueno es la diversidad, con ciclos abiertos durante todo el año: “Medicina y salud pública”, “Encuentros con la ciencia”, “Pensamiento y sociedad”, conciertos…. Muchas cosas. La diversidad entraña también muchas dificultades, porque hay que atender a todos los frentes y llegar a todas las capas sociales. Además, están los debates que son nuestro ser y nuestro fin. Conjugar posturas en los temas más controvertidos, enfrentar por ejemplo al obispo Setién con un excomulgado por la Iglesia como es Juan José Tamayo…

P.- ¿Cuál es su filosofía?
R.- Primero no herir a nadie, porque si hieres a alguien, si te empeñas en hacer una crítica feroz es que ahí hay algo, hay un sesgo que no es adecuado. Hay que debatir con libertad absoluta y decir lo que tengas que decir, respetar todas las posturas aunque no se esté de acuerdo, conocer y respetar distintos puntos de opinión.Hay que debatir con libertad absoluta y decir lo que tengas que decir, y respetar distintos puntos de opinión

P.- ¿Por qué disteis el paso de asociación a Fundación?
R.- Es una buena pregunta, porque el tema cultural lo puedes llevar exactamente igual desde una asociación que desde una fundación. Lo que cambia principalmente es el aspecto organizativo y el aspecto legal, pero claro, eso implica un incremento de la rigurosidad y de las exigencias de las administraciones y, en ese sentido, nosotros nos movemos bien. Aquí nadie cobra nada, esto es al 100% altruista, es más, hemos puesto dinero propio y mucho esfuerzo. Así que los beneficios que nos ha aportado ser fundación son quizás una mejora de imagen, de rigurosidad administrativa y organizativa, pero lo demás no cambia.

P.- ¿Qué tipo de personajes han venido a Guadalajara de la mano de Siglo Futuro?
R.- Aquí hemos traído, por ejemplo, cinco Premios Nobel, que nos llena de orgullo. Pero es que, en realidad, si coges la memoria de la Fundación piensas ¿quién se ha quedado sin venir a Guadalajara? Porque había gente que no era fácil traer y al final ha venido, como  Felipe González, que siempre se negaba y finalmente vino. Hay una extensión enorme de personalidades que hemos traído a Guadalajara porque hacemos entre 80 o 90 actos al año.

P.- ¿Guarda un recuerdo especial de algún acto o momento de la asociación?
R.- Muchísimos. Imagínate en veinticinco años si da tiempo. Podría escribir un libro con muchas páginas. La lectura que yo saco es, que cuanto más grande es la gente y cuanta más sabiduría y cultura tiene, es más sencilla, más humilde. Puede parecer una contradicción pero es así. A mí se me quedó grabado un episodio con Rigoberta Menchú, Premio Nobel de la Paz, que vino a la estación del AVE y yo la tenía que recoger porque tenía una conferencia aquí, pero antes tenía que ir al Ayuntamiento, la Junta y la Diputación para cumplimentar. Le dije que no podíamos pasar por el hotel porque no teníamos tiempo y ella quería cambiarse “porque yo no puedo ir así, mira que pintas llevo…” y yo le decía que iba bien, que no hacía falta que se cambiase. “Cambiarme me tengo que cambiar”… y se cambió en el coche y yo ayudándole, abrochándole, quitándole y poniéndole… ¿Eso quien lo hace? Alguien con grandeza interior, porque si no hubiera dicho me voy al hotel y que se espere el alcalde. Es uno de los personajes que me ha impactado, sobre todo por su mirada, tenía una mirada penetrante, limpia… se te clavaba. Nunca olvidaré la mirada de Rigoberta Menchú. Pero luego también hemos tenido muchos problemas.

P.- ¿Problemas con los invitados o con el público?
R.- Con los dos. Por ejemplo, en el 92 o 93, trajimos a Santiago Carrillo y te puedes imaginar en esa época que aquello fue una revolución, impactó mucho en Guadalajara. Y me acuerdo que cuando salimos del acto hubo un socio, en concreto un médico, que delante de mí rompió el carnet y me lo tiró a la cara. Me dijo que aquí en Guadalajara no tenían que pisar los rojos y menos ese asesino. Mi contestación fue que estaba bien que rompiera el carnet porque él no era libre y nosotros no queremos gente sectaria de este tipo. No ha vuelto nunca más por la Fundación Siglo Futuro.
También ha habido encontronazos tremendos en los debates. Recuerdo uno en el Hotel Alcarria con Fernando Vizcaíno Casas, que era de ultraderecha total, y con José Prat, un histórico del PSOE que murió a los seis días de estar aquí. Yo moderaba ese debate, que era sobre Franco, y José Prat se ayudaba de una garrota muy gruesa que llevaba y Vizcaíno Casas era muy altivo, con su sola presencia ya casi te insultaba. Entonces el debate se encendió, uno le dijo algo al otro, el otro le respondió… y José Prat se levantó para darle con la garrota a Vizcaíno Casas y si no llego a agarrarla en el aire se la habría estampado en la cabeza. Creo que hay alguna foto. Pero bueno, aquello le daba vida, al día siguiente no se hablaba de otra cosa  en Guadalajara.

P.- ¿Se portan las administraciones en tema de subvenciones?
R.- Con el Ayuntamiento y la Diputación muy bien, dentro de lo que pueden muy bien, de colaboración y de todo. Además de las subvenciones, está claro que la cultura de grandes costes solo puede asumirla las administraciones, pero para el resto creo que les honra ir de la mano con asociaciones y fundaciones porque da juego y pueden hacer una cultura de colaboración, más barata y mejor. Esto el Ayuntamiento lo tiene asumido y yo les felicito. Con la Diputación también estamos llevando la cultura a los pueblos, compañías de teatro importantes como la de Manuel Galiana, conciertos, cosas de literatura, poéticas… y es una maravilla que se pueda llevar cultura a los pueblos.

P.- ¿Y la Junta?
R.- Mejor no me preguntes por la Junta. La Junta esto no lo trata. A mí me da lástima, me da pena decir esto, pero la Junta la cultura no la trata. Yo sé que no hay dinero, todos los sabemos, pero sin embargo sí hay dinero para otras cosas y la Junta hace ya siete u ocho años que no da dinero para absolutamente nada. Empezaron así con el gobierno de Cospedal y yo tenía la ilusión de que con el nuevo gobierno la cultura fuese otra cosa y seguimos igual o peor. Ha cambiado algo, sí, antes no había siquiera representación de la Junta en los actos y ahora sí hay, pero en el tema de ayuda, de colaboración, nada de nada.

P.- Tuvisteis un problema con una subvención que os dejó tocados…
R.- Fue una subvención de la Junta, sí. Un problema muy gordo que nos dejó completamente tocados. No sé cómo conseguimos remontar el vuelo. Fue un tema absolutamente personal y levantamos el vuelo…. algún día lo diré… gracias a otra administración.

P.- ¿Qué es lo que aún no vas a decir?
R.- Fue otra administración del mismo signo que sabía la injusticia que se estaba cometiendo con nosotros y lo que hicieron les honra, porque es duro que tú seas superior a mí y yo tenga que arreglar tu desaguisado y, sin embargo se hizo. Y por ahí levantamos, que si no. Consideraron que era injusto y lo repararon. A lo mejor si se llega a enterar la jefa habría pasado algo, porque lo hicieron totalmente de espaldas, pero lo repararon muy bien, todo legalmente y nosotros le estamos muy agradecidos a esa persona.

P.- ¿Cómo ve el panorama cultural de Guadalajara?
R.- En 25 años la cultura en Guadalajara ha evolucionado enormemente, hemos pasado prácticamente de cero a cien. Hoy día hay muchas asociaciones que hacen un gran trabajo, cada uno el suyo, y yo lo respeto muchísimo porque sé lo que cuesta todo esto y tiene mucho mérito. Pero también creo que tenemos saturación cultural. Las administraciones deberían, casi por respeto a los ciudadanos, aunar esfuerzos. Si se quiere hacer algo sobre Buero, que lo veo fenomenal y obligado, no puede ser que las tres administraciones hagan seis actos cada una porque saturan al personal. Lo que podía ser bueno acaba siendo pesado. Al final te juntas con veintitantos actos de Buero. Con Cela, más de lo mismo. ¿No es mejor unirse y definir qué vamos a hacer? Puede parecer imposible, porque las administraciones lo que van es a lucirse y a decir yo he hecho esto, esto y esto… pero no debería ser así. Primero por economizar y segundo por respeto a los demás. Honestamente creo que esto se ha desmadrado.Creo que tenemos saturación cultural. Lo que podía ser bueno acaba siendo pesado

P.- ¿Cuál es el perfil habitual del público en vuestros actos? ¿Se sienten atraídos los jóvenes por su programación cultural?
R.- El perfil de nuestro público es de más de cuarentaicinco años. Es muy difícil atraer a los jóvenes a no ser que sea desde una organización específicamente para ello. Si tú haces aquí una conferencia, por muy grande que sea, a los jóvenes no les atrae. Pero me muestro optimista porque creemos que ya hemos dado con la tecla de lo que puede interesar a la juventud. A los jóvenes les interesa mucho la ciencia y les interesa la música, ciertos tipos claro, y ya vamos viendo mucha juventud en algunos actos. También interesan los temas de pensamiento, filosofía, ética… También les interesan las ciencias ocultas o semiocultas. Cuando vino el Lama Jampa Chojor no había nada más que jóvenes. Les interesan estas cosas, sobre todo las innovadoras. Por ahí van los tiros, pero es difícil captarlos.

P.- ¿Alguna vez se han encontrado con el aforo vacío?
R.- Nunca. Nosotros contamos siempre. El directivo que hace las fotos en los actos, Jacinto, se encarga de contar al público y nuestro máximo déficit en actos es de 62 personas, en un acto de una académica de las ciencias, más abajo no hemos llegado. Me disculpé con esta mujer por la poca asistencia y ella me dijo “pero sí ha venido mucha gente” y es que en esto también estamos muy equivocados. A los invitados les sorprende la cantidad de gente que viene a los actos,  no están acostumbrados a esto. En Madrid se diluye la cultura, yo voy a actos en Madrid y van treinta personas pero están contentísimos porque lo hacen en espacios muy reducidos y, claro, está lleno, pero hay menos gente que aquí.

P.- ¿Cómo se conjuga ideología y cultura en Siglo Futuro?
R.- A nosotros nos han tachado de todo. En este país nuestro enseguida te etiquetan. A nosotros nos han tachado del Opus, de izquierdas, de derechas… ¿Y cuál es la forma de desmentir todo eso? La memoria. Que revisen nuestra memoria a ver quién ha venido, a ver qué tendencia hemos tenido. Nuestra memoria es la que da fe de lo que es la Fundación Siglo Futuro: tolerante y amplia en todos los sentidos. Lo mismo traemos a Mª Dolores de Cospedal que al Lute, a monseñor Rouco o Cañizares o al vicepresidente de la república de Rusia. Y ese es el mejor aval, nuestra memoria, y respetar a todo el mundo que traigas y que vengan con absoluta libertad para expresar lo que quieran.

P.- ¿Qué opinión le merece la situación política actual?
R.- Te podría decir que tenemos lo que nos merecemos, que los españoles votamos sin pensar, pero también te lo puedo decir de los americanos… o sea que esa no es la cuestión. Actualmente en España la política es un auténtico desastre porque imperan los partidos y los partidos son los entes más dictatoriales que pueden existir.
Yo lo dije no hace mucho en un debate y después, tomando una cerveza, y había políticos que me decían “tienes razón…” pero había uno, Román, con quien me llevo muy bien, que me decía que no y yo le respondía “¿tú tienes libertad? Ninguna, a ti el partido te dice mañana que tienes que hacer esto y tienes que hacerlo”. Disciplina absoluta de partido. Estoy en contra de todo eso. Los políticos que tenemos en la actualidad, nos tratan mal a los ciudadanos. No hay derecho a todo lo que está pasando en España y todo es por una cuestión de intereses. Y no nos merecemos que nos hagan esto.

P.- En un mundo en crisis ¿son buenos tiempos para la cultura?
R.- Son los mejores tiempos para la cultura. Yo creo que en los tiempos difíciles, los tiempos de crisis, es cuando la cultura tiene que emerger… porque si son de bonanza todo el mundo somos reyes, pero estos tiempos son los mejores para la cultura y en estos tiempos el que luche por la cultura, el que difunda la cultura, el que esté ahí para impulsarla, merece una consideración, por lo menos por mi parte.

P.- La mayor parte de los actos de Siglo Futuro son gratuitos ¿cómo se mantiene económicamente? ¿Son altos los cachés de conferenciantes?
R.- Antes era más fácil, un poquito más fácil porque había más dinero. Antes, te digo hace ocho o diez años, en el tema económico nos movíamos más o menos bien. Teníamos bastantes subvenciones de las administraciones y también de las entidades bancarias, porque existían las cajas de ahorros que eran un bastión muy importante para el soporte cultural de la Fundación. Eso desapareció y de un presupuesto de 258.000 € hemos bajado a día de hoy a un presupuesto de 50.000 €. Y seguimos haciendo lo mismo. ¿Cómo es posible? Pues porque la gente se conciencia del momento que vivimos y gente que antes venían a dar una conferencia y cobraban 400 €, ahora viene y cobran 200 € o no cobran nada. Nosotros no vivimos de esto y encima nos cuesta dinero, y la gente aprecia el esfuerzo que estamos haciendo y viene sin coste.

P.- ¿Cómo se lleva la presidencia tras dos décadas en el cargo? ¿Cómo se jubila uno de esto?
R.- Son muchos años. Yo siempre he dicho que mientras la ilusión y la salud no te afecten se puede estar ahí pero si por las mañanas cuando te despiertas te haces preguntas es que algo está fallando y yo llevo ya algún tiempo haciéndomelas. Todos tenemos una cuota de servidumbre a la sociedad y la mía está saturada y cumplida al cien por cien.  Mi vida está afectada, no digo que negativamente, porque nadie me pone un kalashnikov para que siga aquí ¿eh?. Sigo con ilusión y con salud, y si algún día hubiera alguien, que yo lo anhelo, que pudiera hacer, no ya lo que yo hago, que en el tema de dedicación es imposible porque me paso las 24h en ello, en eficacia podrán darme mil vueltas pero en dedicación… Ese es el problema, que hoy día falla el compromiso, la gente no se compromete. Los relevos tienen que ser con perfiles, no puede ser que venga alguien que convierta esto en lo que no es.

P.- ¿Qué podemos esperar de la gala de celebración del aniversario de Siglo Futuro?
R.- La gala de celebración promete ser una gran gala, porque primero tenemos algo local y extraordinario como es el Tenorio Mendocino, que para mí merecen todo. No va a ser el Tenorio enero porque nos tiraríamos allí todo el día…. Van a ser un par de escenas, unos cuarenta minutos para darnos todo lo que tienen, que es mucho. Por si no fuese suficientemente atractivo, tenemos también el Gran Ballet Superior de Danza, un ballet de cincuenta y tantos bailarines que es asombroso. Es un ballet extraordinario y merece la pena verlo. Yo creo que la gala tiene suficientes ingredientes para despedir nuestro año y entrar en un 2017 que yo espero que sea más tranquilo, porque este ha sido feroz en el tema de actos, que han sido casi cien y eso es demasiado.

P.- ¿Sienten que la sociedad alcarreña reconoce su labor?
R.- Sí. Los medios de comunicación se han portado con nosotros estupendamente, de siempre, y nosotros estamos muy agradecidos. No digo ya del tema de críticas, cada uno que haga la que quiera, pero en el tema de atención, que es lo importante, siempre se han portado con nosotros estupendamente. La gente, la sociedad de Guadalajara ahí está, llenando el 95% de los actos que hacemos por lo que el seguimiento es continúo. En el tema de administraciones, también agradecidos ¿Que la Junta no aporta? Bueno, pues es casi anecdótico. No nos podemos quejar de nada, porque si nos quejamos y nos ponemos a hacer críticas probablemente fuésemos injustos. Estamos muy contentos con el respaldo que tenemos y con nuestros socios colaboradores, que tener 230 no es poca cosa y, por supuesto las empresas que colaboran con nosotros y nos ayudan o las reales academias, el la BASF,  la UNED, la UAH…  No tenemos más que palabras de agradecimiento.

P.- ¿Deseos para el futuro?
Yo desearía una estabilidad económica mejor. No quiero decir que nos den más, no, solo que estabilicemos la situación económica y no tengamos vaivenes, Y luego, casi un deseo personal, que dosifiquemos los actos. Hemos tenido y seguimos teniendo cuatro actos en la misma semana y eso es mucho trabajo y acarrea mucho compromiso. Mi deseo es que la sociedad de Guadalajara siga apoyándonos como hasta ahora. Que nos quedamos como estamos, pero más estables y con algún acto menos. Necesitamos un año un poco más balsámico.